Mensajes de la Iglesia Roca Fuerte

MENSAJE DE LA IGLESIA ROCA FUERTE

 

 

 

Predicar el Evangelio del reino de Dios. Mateo 24:14; Lucas 9:2

 

 

Por muchos años se a predicado un evangelio diluido, adulterado, humanista, a conveniencia, toman lo que les gusta, lo que les conviene, no el evangelio del reino de Dios.

 

¿Qué diferencia hay entre uno y otro?

 

El evangelio humanista depende de los hermanos, de la gente, lo que les gusta, viven como quiere, si quiere cambian, y si no, no, incluso se ha predicado, si siente hacerlo, hágalo, si no siente no lo haga, si tiene paz hágalo, y si no sienten paz no lo hagan.

 

Es un evangelio humanista, no es el Evangelio del reino de Dios, el evangelio del reino de Dios no esta centrado en el ser humano, el evangelio del reino de Dios, esta centrado en Dios, donde Cristo es el Rey, y la iglesia dice: ¿Qué quieres Señor que haga?

 

Si él dice que hay que hacerlo…. Hay que hacerlo, el evangelio humanista busca el bienestar individual como lo más importante. El Evangelio del reino de Dios presenta a Cristo como el Rey de reyes y Señor de Señores y lo que el dice es para que nosotros lo hagamos, y cuando se predica el evangelio del Reino de Dios, no se predica pensando en la gente, sino pensando que quiere Dios para la gente. Amén.

 

 

 

Pbro. Ascencio M. Mancilla


Sea el carácter de ustedes sin avaricia, contentos con lo que tienen, porque El mismo ha dicho: "Nunca te dejaré, ni te desampararé".
Hebreos 13:5

Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo. No te dejaré ni te abandonaré. 
Josué 1:5

En el momento de la prueba es cuando más el hijo de Dios tiene que estar consciente de la presencia del Señor a su lado. Consciente de que El está en esos momentos difíciles.

Dios no dejaría a sus hijos pasar por pruebas, a menos que El, Dios mismo, las pase con ellos. Cada suceso o acontecimiento en nuestro peregrinaje por la tierra tiene un propósito específico dentro de los planes de Dios, y en cada uno El promete estar a nuestro lado. Así como Dios estuvo con Daniel en el foso de los leones (Daniel 6), y con Sadrac, Mesac y Abed-nego en el horno de fuego (Daniel 3), así promete estar con nosotros.

Tan obvia fue la presencia de Dios en medio de estos hombres, que aun los espectadores pudieron verlo desde afuera. Cuando miraron dentro del horno, no vieron a los tres que habían echado, sino a cuatro (Daniel 3:24-25), Dios estuvo con ellos dentro del horno. Así como estuvo también con José (Génesis 37-) cuando pasó por la amarga experiencia de ser vendido por sus propios hermanos. Atreves de los años, y todo el tiempo que duro su prueba estuvo Dios con él.

Cuando vienen las pruebas es cuando menos percibimos a Dios en nuestras vidas. Es en ese preciso momento cuando debemos tener fe de su presencia tan tangible, como la presencia misma de un humano. Dios usa las pruebas para revelársenos.

Mientras estemos en esta tierra tenemos que pasar por situaciones difíciles. Pero como hijos de Dios sabemos que todo tiene un propósito en los planes del Señor. No importa la prueba que esté pasando, deténgase un momento, y piense que el Creador del Universo, su Creador, su Dios está a su lado. NO ESTA SOLA, NO ESTA SOLO,  DIOS ESTA CON USTED.

Sea el carácter de ustedes sin avaricia, contentos con lo que tienen, porque El mismo ha dicho: "Nunca te dejaré, ni te desampararé".
Hebreos 13:5

Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo. No te dejaré ni te abandonaré. 
Josué 1:5

“…yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”

Mateo 28:20

Oración: Gracias Padre Celestial por estar siempre a nuestro lado, y por ayudarnos a entender a cabalidad lo que eso significa. En Nombre de Jesús. Amén

 

Pbro. Ascencio M. Mancilla


OBRAS QUE BRILLEN

 

 

En algunas ocasiones los medios de comunicación masiva nos informan acerca de personas que, de manera compasiva, hacen obras de bien para la comunidad donde viven o extienden su ayuda más allá de su entorno geográfico. A menudo, el periodista que realiza la cobertura de esa clase de noticias titula su informe con frases tales como: “Ejemplos de vida”, “Héroes o heroínas…”, “Modelos para imitar”, etcétera.

A veces, no siempre, estas personas reciben el reconocimiento de parte de los vecinos o de las autoridades de su municipio; algunas lo aceptan gustosamente; otras, en cambio, prefieren el anonimato.

Es necesario decir que, en tiempos de tanto individualismo e indiferencia social como en los que vivimos actualmente, estas personas desarrollan una tarea muy digna, pero no logran cubrir la necesidad espiritual de aquellos a quienes asisten.

La Biblia dice:  Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.  Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. (Mateo 5:14-16) 
 Como hemos leído, Jesús nos afirma que somos la “luz del mundo” y nos indica que debemos hacerla brillar delante de los demás, pero no para beneficio propio o para recibir algún homenaje, sino para que “ellos”, es decir, las personas que viven y caminan en la oscuridad de este mundo, puedan ver las buenas obras y alaben a Dios por ellas. Todo lo que hagamos debe conducir a la alabanza a Dios y no dejar “nuestro sello personal”.

A diferencia de las acciones de caridad, las buenas obras de las que habla Jesús, iluminan. Cuán preciada es en tiempo de angustia una palabra de consuelo, un abrazo transmisor del amor de Dios o una sencilla oración; o cuán grata es la compañía de alguien, en quien habita la palabra de Cristo, cuando se vive en soledad y olvidado.

Si miráramos a nuestro alrededor con detenimiento, podríamos ver a muchas personas que esperan tácitamente que brille nuestra luz. Simplemente tenemos que accionar en nosotros el versículo 16 del citado pasaje de Mateo: “Hagan brillar su luz delante de todos…” y realizar las obras que el Señor preparó con anticipación para que hiciéramos.  Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” (Efesios 2:10). 

Si disponemos nuestros corazones y somos sensibles a su voz, Dios nos guiará a esas buenas obras, preparadas de antemano para iluminar a aquellos que hoy transitan la oscuridad en busca de la luz, y que darán gloria a Su Nombre.